sábado, 1 de octubre de 2016

Microsoft en la Educación



Word, o Microsoft Word, es la denominación de un procesador de texto: es decir, de un software que permite al usuario la creación y ediciWord forma parte de Microsoft Office, un paquete de programas que permite la realización de actividades ofimáticas (las tareas que suelen llevarse a cabo en una oficina).
 
En sus orígenes, Word funcionaba con el sistema operativo DOS. La primera versión, creada por los programadores Richard Brodie y Charles Simonyi, salió a la venta en 1983. El éxito de este procesador de texto, de todos modos, recién llegó en la década de 1990, cuando el software desembarcó en el sistema operativo Windows.
Debido al vínculo estrecho que se forjó entre Word y Windows, el software cambió la denominación de sus siguientes versiones. Mientras que primero se numeraban (Word 1.0, Word 2.0, etc.), luego pasaron a asociarse a la versión del sistema operativo (Word 95 en Windows 95) y a los años de lanzamiento (Word 97, Word 2000).
A nivel general, puede decirse que Word es una aplicación que permite redactar todo tipo de textos, eligiendo entre múltiples tipografías (fuentes) y modificando el tamaño y el color de las letras. También cuenta con un corrector ortográfico incorporado, un contador de palabras y muchas otras herramientas.
Un alumno utiliza su nuevo iPad en una de las siete primeras escuelas Steve Jobs
 
El aula digital se hace de rogar. Muchos centros educativos hacen ya uso de las nuevas tecnologías a nivel pedagógico, pero los dispositivos electrónicos están aún en un segundo plano. Sin embargo, aunque se avanza poco a poco, la realidad es que estas herramientas innovadoras se vislumbran como nuevos compañeros de viaje en la enseñanza.
Por lo pronto, la irrupción de dispositivos móviles en el contexto del hogar ha beneficiado su aceptación social. «La penetración de la tableta ha sido vertiginosa. Un niño pequeño ya está familiarizado con las pantallas táctiles, con el móvil del padre... Es un aparato habitual en el juego y en su lenguaje de aprendizaje», sostiene Tíscar Lara, directora de comunicación de la Escuela de Organización Industrial (EOI).
Pese a que la incorporación está siendo muy natural en casa, «en la escuela todavía hay reticencias, fundamentalmente por la resistencia al cambio en la forma de enseñar», sostiene la experta. «Una manera de acercar la tecnología a la escuela es que el dispositivo lo tenga el alumno. A nivel de administración ha habido proyectos de dotación de tecnología y hay sensibilidad hacia ello. El problema radica más en la cuestión metodológica, que los profesores se sientan seguros en cómo integrar estos nuevos lenguajes y maneras de relacionarse con la tecnología que los niños traen de casa. Es lo que le resulta un poco más dificultoso», considera.
Para muchos expertos, la tecnología debe estar en el aula porque aporta formas de acceso a la información más rápidas y permite una educación más visual. Convierte en protagonistas a los alumnos porque les permite una participación activa en su propia formación. Ahora bien, «son herramientas que están al servicio de ciertas prácticas. Los dispositivos y los recursos tecnológicos, como las aplicaciones, tienen que ser dominados por el profesorado para que realmente puedan integrarlo y no sea una cosa aislada y fría», añade Lara.
Las empresas no son ajenas al fenómeno. Gigantes como Google han dado pasos hacia el dominio de los PC para Educación. Lo han hecho con los Chromebooks, ordenadores personales basados en el sistema operativo del gigante de internet y diseñados para un entorno en la «nube». Estos equipos ya representan la mitad de los ordenadores en la Educación. Se han convertido en una buena alternativa (y más económica) a Windows, de Microsoft. Similar esfuerzo ha realizado Apple. En EE.UU. ya hay 145 escuelas conectadas y se donarán este curso 4.500 iPads para los profesores y más de 50.000 para los alumnos.

Nuevas habilidades

Así, aplicaciones y servicios ya existentes pueden ser de gran utilidad en la educación, tales como la suite de ofimática de Microsoft (Office) o la de Apple (iWork), herramientas para los más jóvenes (Geometría Montessori, Mathboard, iCuadernos), para niveles más avanzados (Slack, myHomework, MindeNode) o destinados a educación universitaria (PDF Expert, iStudiez, Evernote).
La idea es trasvasar las oportunidades existentes en la sociedad al aula para crear la educación del futuro. Actualmente, el sector educativo ha empezado a introducir plataformas y otros «gadgets» que permiten incorporar objetos físicos en entornos virtuales.
Técnicas de «gamificación», utilización de videojuegos, tecnologías de realidad virtual o robótica comienzan a ser habituales en la formación de los nuevos profesionales. Y es que hoy día, más de la mitad de los empleos requieren de un buen dominio del entorno tecnológico.






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